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28/09/12.
A diario, desde el individuo de “a pie” hasta el gerente de una corporación viven inmersos en dinámicas que implican, en menor o mayor grado, relaciones que ameritan ser llevadas a través de procesos de negociación.
Puntualmente, para el caso de los emprendimientos y negocios, bien vale decir que muchos de ellos no logran prosperar a propósito de ineficaces negociaciones que echan por tierra las potencialidades de buenas ideas.
“Negociar es hacer negocio, es decir, intercambiar y regatear. Ello supone que cada uno desea lo que posee el otro, pero, evidentemente, al menor precio posible. Supone, además, una satisfacción (obtener lo que se desea) y una insatisfacción (dar lo que se posee), al mismo tiempo” (Desaunay, 1984).
Con el tiempo, investigaciones de prestigiosos especialistas y conocedores del ámbito gerencial y administrativo han llevado a la conclusión de que más allá de las rutinarias labores de planificar, organizar, coordinar, dirigir y controlar, la clave del éxito de los buenos gerentes está en su habilidad para negociar. A decir verdad, es muy probable que en la actualidad, la principal característica que debe poseer alguien para desempeñar un cargo gerencial es saberse manejar en un ambiente negociador.
Y es que negociar es una habilidad que se va aprendiendo y desarrollando con práctica, sin embargo existen ciertas cualidades que resultan de mucha ayuda a la hora de sentarse a hacer algún trato, tales como: buen manejo de las relaciones interpersonales, conocimiento del ámbito en el que se desenvuelve el negocio, astucia y carisma, así como inspirar seguridad y confianza.
Cuando se está negociando es necesario recordar que no se trata de un debate, sino de una conversación persuasiva en la que el objetivo es cautivar y convencer al interlocutor de forma de que se sume al logro de un interés común. En los buenos tratos, los honestos, se trata de que ambas partes salgan beneficiadas, cosa que no implica que los involucrados pongan en juego o inviertan los mismos recursos, sino de que a la luz de los intereses de cada quien haya beneficios.
Negociar es un arte. Ello implica que los negociadores no pueden seguir una receta única para adelantar un trato, pues cada negociación, sin dudas, constituye una experiencia única que demanda de creatividad y astucia.
Un buen negociador no es aquel que simplemente tiene intuición y tino para hacer buenos tratos. También lo es aquel que sabe retirarse a tiempo o que sabe valorar cuando perdiendo se puede asegurar una ganancia más cuantiosa a futuro. Pero todo esto no es algo mágico, requiere de preparación.
Negociación, recomendaciones breves:
1.- Esté siempre alerta a lo largo del proceso.
2.- Escuche y analice cada detalle.
3.- Negocie en un ambiente agradable.
4.- Plantee su oferta paso a paso. No dé todo al principio
5.- Asesórese bien antes de decidir.
6.- Aplique el principio ganar-ganar.
7.-Decida teniendo en cuenta sus principios y valores.
8.- Concluya la negociación con un compromiso.
Fuente consultada:
http://blog.banesco.com/emprendedores/el-exito-es-una-negociacion-que-no-se-puede-perder/#more-2133
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