El networking no es un concepto nuevo, se refiere a la creación de redes de relaciones en las que apoyarse profesionalmente, con las que compartir intereses, opiniones, conocimientos, encontrar nuevas oportunidades de empleo... Lo que es nuevo es la vuelta de tuerca que las redes sociales le han dado a la cuestión. El gran cambio es que ya no es necesario conocer a una persona para establecer un vínculo (virtual) con ella.
Ya no es necesario conocer a una persona para establecer un vínculo
En cualquier caso, cara a cara o en internet, esta red de apoyo profesional mutuo es tremendamente valiosa. Todo el mundo cuenta con una red “natural” de contactos: amigos, familiares, antiguos compañeros de estudios, compañeros de trabajo actuales y anteriores... Una red profesional se compone de ese pequeño grupo de contactos personales estrechos al que se une un grupo mucho mayor de vínculos menos cercanos.
El objetivo primero que suele darse a esa red es la búsqueda de empleo, pero el capital social que comporta una red sana y cultivada va más allá de esa búsqueda, también ofrece oportunidades de desarrollo, la apertura de negocios, la presentación de nuevos clientes, el encuentro de un mentor, la obtención de información, compartir ideas y nuevos contactos, etc.
El capital social que comporta una red sana y cultivada ofrece más posibilidades que la mera búsqueda de empleo
Pero, para contar con esta red, hay que trabajar un poco en ella, dedicarle tiempo y esfuerzo, fidelizar los contactos existentes y ampliarla con nuevos. No se trata de asistir a todo tipo de eventos y repartir tarjetas de presentación sin criterio, sino de conocer de manera natural y no forzada a personas con las que se comparten intereses y aspiraciones y con las que se pueda crear una red de apoyo y colaboración.
Reglas del networking
Tampoco se trata de recurrir sistemáticamente a esta red para “pedir” ayuda (una nueva oportunidad laboral, en la mayoría de los casos). De hecho, una de las reglas básicas del networking es la reciprocidad. Incluso hay expertos que aconsejan “dar primero, sin esperar nada a cambio”.
Este espíritu de ayuda desinteresada crea una reputación positiva muy valiosa.
Al hilo de este consejo surge una segunda sugerencia: mantén un contacto regular con tu red, incluso cuando no tengas una necesidad específica. Nuestra reputación se verá negativamente afectada si solo contactamos con alguien de manera puntual y siempre para pedir favores.
También es importante ser fiel a las promesas, es decir, si conocemos a alguien en un evento, por ejemplo, y aseguramos que le llamaremos, tenemos que cumplir. Esto demostrará que somos personas con las que se pueden establecer en el futuro vínculos profesionales de confianza.
No solo conferencias y eventos son situaciones propicias para el networking, casi toda situación puede ser una oportunidad para conocer gente con la que compartimos intereses. En cualquier caso, siempre debemos prepararnos previamente para sacar el mayor partido de las situaciones de networking, teniendo clara nuestra presentación ante los demás, llevando tarjetas de visita, procurando interactuar con el mayor número de gente posible…
Prepararse también implica ser consciente de que las primeras impresiones son siempre muy importantes, tanto cara a cara como por teléfono o por escrito, con lo que debemos cuidar especialmente qué imagen ofrecemos a los demás.
Networking 2.0
Internet ha cambiado nuestra forma de trabajar y también de interactuar con los demás. En especial, las redes sociales han traído un sinfín de novedades al networking, empezando porque ya no es necesario conocer a alguien para conectar a través de Twitter, LinkedIn, etc.
De hecho, permiten establecer relación profesional con personas que anteriormente nunca hubiéramos tenido ocasión de contactar.
Las redes sociales permiten un networking globalizado
Otra gran ventaja del networking online, especialmente para las personas menos extrovertidas, es que no se necesitan grandes dotes de comunicación personal para establecer relaciones virtuales fructíferas.
En el mundo 2.0 son válidas las mismas reglas que rigen el networking cara a cara. Para empezar, generar una red de contactos valiosa implica dedicarle tiempo a decidir en qué redes tendremos presencia, crear perfiles personales en las elegidas, detectar posibles contactos interesantes y añadirlos a nuestra red, comunicarnos con ellos... Aunque es cierto que el networking online requiere de menos dedicación en cuanto a tiempo y, en ese sentido, es más eficiente que el personal.
Las redes tejidas a través de medios sociales se rigen por las mismas reglas que el networking cara a cara
Eso sí, esta dedicación debe ser regular y respetar también la norma de la reciprocidad. El simple hecho de responder agradeciendo un mensaje implica ya un cierto grado de compromiso por nuestra parte. En el lado negativo, sin embargo, debemos ser conscientes de que difícilmente se establecen relaciones cercanas de confianza y ayuda mutua con una persona a la que no conoces personalmente y con la que ni tan solo has hablado nunca. Por lo tanto, tenemos que trabajar ambos tipos de networking, presencial y online, de manera coordinada y complementaria.
Sin autor
09.11.14
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